domingo, 25 de octubre de 2015

FENÓMENO DE “EL NIÑO”


El Niño es un fenómeno climático relacionado con el calentamiento del Pacífico oriental ecuatorial, el cual se manifiesta erráticamente cíclico.

Arthur Strahler habla de ciclos de entre tres y ocho años que consiste en realidad en la fase cálida del patrón climático del Pacífico ecuatorial denominado El Niño-Oscilación del Sur (El Niño-Southern Oscillation, ENSO por sus siglas en inglés), donde la fase de enfriamiento recibe el nombre de La Niña. Este fenómeno, en sus manifestaciones más intensas, provoca estragos en la zona intertropical y ecuatorial debido a las intensas lluvias, afectando principalmente a la región costera del Pacífico de América del Sur.

Günther D. Roth lo define como una irrupción ocasional de aguas superficiales cálidas, ubicadas en el océano Pacífico junto a la costa de los territorios de Perú y Ecuador, debido a inestabilidades en la presión atmosférica localizada entre las secciones Oriental y Occidental del océano Pacífico cercanas a la línea del Ecuador. Siendo este fenómeno el supuesto causante de más de una anomalía climática.

El nombre de "El Niño" se debe a la asociación de este fenómeno con la llamada corriente del Niño, anomalía ya conocida por los pescadores del puerto de Paita, en el norte de Perú, quienes observaron que las aguas aumentaban su temperatura durante «la época de las fiestas navideñas» y los cardúmenes o bancos de peces desaparecían de la superficie oceánica, deduciendo que dicha anormalidad era debida a una corriente de aire caliente procedente del golfo de Guayaquil (Ecuador).

Los primeros registros oficiales del fenómeno fueron reportados por el capitán peruano Camilo Carrillo en 1892, quien notó la existencia periódica de una corriente marina cálida en las costas de Perú, de aguas normalmente muy frías. Existen otros acontecimientos interesantes relacionados con los años más intensos de El Niño. Entre 1789 y 1793, el historiador británico Richard Grove relata que varios observadores de la época reportaron graves sequías en Asia, Australia, México y el Sur de África, por lo que se sospecha que dicho fenómeno pudo haber causado la hambruna que precedió a la Revolución Francesa. Entre 1791 y 1793 en México bajó el nivel del Lago de Pátzcuaro.

El meteorólogo Jacob Bjerknes postuló en 1969 que El Niño está normalmente relacionado con la Oscilación del Sur, ya que está presente una relación física entre la fase de alta presión anómala en el Pacífico occidental, con la fase de calentamiento poco frecuente del Pacífico oriental, lo que va acompañado con un debilitamiento de los vientos alisios del este; por lo que la baja presión del Pacífico occidental se vincula con un enfriamiento del Pacífico oriental (fenómeno La Niña), con el fortalecimiento de los vientos del este.

El mayor evento del siglo de El Niño fue el de 1997-98. Mapa de las temperaturas anómalas de la superficie oceánica en diciembre de 1997.



EFECTOS

América del Sur

Las consecuencias de este fenómeno climático lleva a regiones aleatorias de América del Sur a:
  • Alteración de los efectos de la corriente de Humboldt.
  • Pérdidas pesqueras en ciertas especies e incremento en otras.
  • Intensa formación de nubes generadas en la zona de convergenci intertropical.
  • Periodos muy húmedos.
  • Baja presión atmosférica.
  • Generación de huaicos (Aluviones).
  • Pérdidas agrícolas.

Colombia

Como consecuencias del fenómeno del niño en Colombia se tienen al menos las siguientes: afectación al sector agrícola, se limita la cantidad de energía eléctrica que se puede generar, aumentan la cantidad de incendios forestales, disminuyen los niveles y los caudales de los ríos y la posible necesidad de realizar racionamientos de agua para el consumo humano y animal. 

Como principal efecto económico del fenómeno del Niño en Colombia se encuentran las repercusiones negativas sobre el sector agropecuario: las variaciones en los rendimientos de los diferentes cultivos. Según el Ministerio de Agricultura de Colombia, el fenómeno del Niño significa una reducción del 5% del rendimiento agrícola. Los cultivos más afectados históricamente han sido el fique, la yuca, la palma africana, la cebada, el arroz y la papa. En el caso de la producción de la leche, se han tenido reducciones en su producción cercanas al 5%.
Históricamente las repercusiones sobre la producción de café por el fenómeno del Niño no han sido importantes.
El fenómeno del niño ocasiona disminuciones importantes en los productos agrícolas.

En Colombia, el instituto gubernamental encargado de realizar estudios e investigaciones relacionadas con la atmósfera, el tiempo y el clima es el IDEAM. Las características climatologías que se presentan durante el fenómeno del niño pueden ser consultadas en sus bases de datos, así como informes y reportes.


América Central

Guatemala

Uno de los eventos climáticos de mayor impacto en Guatemala es el fenómeno de El Niño, con importantes implicaciones en el clima, que se ha reflejado en la variación de los regímenes de lluvia. Bajo eventos severos se ha registrado una disminución importante en los acumulados de lluvia el inicio de la época lluviosa, con implicaciones de menor disponibilidad de agua, incendios, etc.

El fenómeno se ha asociado a mayor incidencia de frentes fríos, aumento del número de huracanes en el Pacífico mientras que disminuyen en el Atlántico, Caribe y golfo de México, tal como se ha venido observando en los últimos años.
Estas condiciones atmosféricas causan inundaciones importantes en las cuencas de los ríos, principalmente los correspondientes a la vertiente del Pacífico las cuales se ven agravadas por la alta vulnerabilidad de muchas zonas pobladas establecidas en áreas de alto riesgo como márgenes de ríos y laderas propensas a deslizamiento. Al igual que a muchos otros países este impacto climático, va ser una gran catástrofe, difícil de superar.

Costa Rica

Al igual que en el resto de Centroamérica, el fenómeno de El Niño provoca una variación inusitada en las condiciones atmosféricas. Se ha analizado por parte del Instituto Meteorológico Nacional de Costa Rica que una de estas variaciones está relacionada con la cantidad de huracanes que se forman en la cuenca del Atlántico: Cuando el fenómeno de El Niño es muy intenso, la probabilidad de formación de huracanes en el Mar Caribe disminuye. Por tanto, se da una disminución de la cantidad de lluvia acumulada en especial, en la Vertiente del Pacífico.

Lo anterior se traduce en una serie de afectaciones en las actividades económicas del país, en especial, del cultivo del arroz y la actividad ganadera en la Provincia de Guanacaste debido a las sequías prolongados que se presentan en estas zonas.
Sureste de Asia

En determinadas regiones aleatorias (desconocidas) del sudeste asiático provoca:
  • Lluvias escasas.
  • Enfriamiento del océano.
  • Baja formación de nubes.
  • Periodos muy secos.
  • Alta presión atmosférica.
  • Escasez de alimentos marinos.
  • Cultivos arruinados.
  • Escasez de agua en los ríos.
  • Cambio de circulación atmosférica.
  • Cambio de la temperatura oceánica.
  • Pérdida económica en actividades primarias.
  • Pérdidas de hogares.
LOS NIÑOS PREHISPÁNICOS

Resumiendo las conclusiones de quienes han estudiado las huellas dejadas desde hace algunos milenios por eventos climáticos excepcionales en varias zonas situadas entre la desembocadura del río Piura, al norte, y la de la quebrada de los Burros, cerca de Tacna, en el extremo sur de Perú.

No se sabe bien cuáles eran las condiciones climáticas que reinaban en la costa peruana antes de la era interglaciar actual —Holoceno, que se estableció desde hace 10 a 15 milenios—. El nivel del mar era de 80 a 120 m más bajo y la línea de la orilla más alejada, hasta varios kilómetros. Los autores están de acuerdo en pensar que las condiciones climáticas sobre la costa peruana ya eran desérticas o al menos áridas. Algunos investigadores afirman que los eventos de El Niño existen desde hace por lo menos 40 000 años.

En la parte norte de Perú, se observa un evento de El Niño que provoca inundaciones cada 5 ó 10 años. En el sur, estos eventos son escasos, pero pueden sobrevenir y son a menudo devastadores.
Las huellas dejadas por los diferentes Niño varían según las regiones. 

Las cronologías pueden ser diferentes. Se puede constatar que, de norte a sur de la costa peruana sobrevienen cada 200, 300 o 500 años, una catástrofe climática mayor que probablemente ha provocado a menudo o facilitado la desaparición violenta de varias civilizaciones como la cultura Chavín, la dinastía Naylamp o la cultura Lambayeque. Esta ciudad fue destruida en 1585 por un evento de lluvias torrenciales, asociadas a un fenómeno El Niño fuerte. En la época se atribuyó la culpa de la destrucción de la ciudad al gobernador, que habría sido castigado por haber cambiado de lugar la estatua del fundador de la ciudad.
En los años 1460, una serie asociada de El Niño-La Niña provocó hambrunas y pestes que seguramente influyeron en una profunda crisis del Imperio inca.


LOS NIÑOS HISTÓRICOS

Diversos investigadores han concordado en una cronología completa de los eventos del Niño a partir de los elementos históricos.
Los eventos calificados de muy fuertes, que se podrían comparar con los eventos de 1982-83 y de 1997-98 han sobrevenido en 1578, 1728, 1790-93, 1828, 1876-78, 1891 y 1925-26, es decir 9 eventos muy fuertes en 475 años, es decir aproximadamente cada 50 años.

Otros 10 eventos son calificados entre Fuerte y Muy Fuerte (F+) y otros 21 de Fuertes. Por lo tanto, ha habido 40 eventos Fuertes y Muy Fuertes en 475 años, es decir uno cada 9 años.
Con todas las reservas del caso se puede decir que cada 500 ó 1.000 años el Perú ha sido golpeado por una catástrofe mayor (Mega Niño), capaz de remodelar paisajes y desorganizar o provocar la desaparición de sociedades.
Niños Muy Fuertes como los de 1925, 1983 ó 1997 sobrevendrán aproximadamente cada 50 años, en media.

Niños normales o canónicos sobrevendrán en promedio cada 3 ó 4 años. Estos tienen a menudo efectos benéficos sobre las culturas y la generación de los recursos en agua, pero provocan una sobre dos o tres veces (en promedio cada diez años) daños apreciables.

Finalmente, hay que recordar que en el Perú, las inundaciones no siempre son provocadas por el Fenómeno El Niño. Los huaicos a menudo catastróficos son muchas veces vinculados por deslizamientos de terreno, (provocados por temblores, accidentes glaciares o exceso de lluvias relacionadas con el Niño o no). 

Las investigaciones del Síndrome El Niño pueden poner orden en el contexto de las posibilidades del cambio climático. El hallazgo de un cierto ciclaje en la reaparición del Niño puede hipotetizar acerca de no cambios climáticos globales. Hay expertos en disidencia en pensar en la hipótesis de un no recalentamiento global del clima del planeta, por los antiguos mega «Niños Muy Fuertes», y que en la actualidad sean menos frecuentes.


martes, 20 de octubre de 2015

SEMANA XI




ACCIÓN GEOLÓGICA DEL VIENTO

1. VIENTO

El viento es un poderoso agente erosivo, en especial en las zonas de clima seco o desértico, donde los granos de arena arrastrados por el viento pueden llegar a la transformación y hasta la denudación (es decir, la completa remoción) de las formas del relieve. Los gránulos de arcilla y de arena que el aire lleva consigo en sus movimientos sirven para bombardear las rocas, contra las que choca el viento, dejándolas limadas y pulverizadas.

2. ACCIÓN DEL VIENTO

Se manifiesta en distintas zonas climáticas, pero su acción es particularmente intensa en las regiones de clima seco, donde concurren los siguientes factores particulares: 
  • Bruscos cambios diurnos de temperatura, que determinan la intensidad de los procesos de meteorización física.
  • Escasa cantidad de precipitaciones atmosféricas (a lo sumo 200 a 250 mm por año) que caen de un modo muy espaciado e irregular, principalmente en forma de chaparrones.
  • Predominio de la evaporación (5 a 15 veces) sobre la precipitación.
  • Cubierta vegetal rara o totalmente ausente.
  • Vientos muy fuertes y frecuentes.
  • Existencia de material susceptible de ser transportado por el viento.
3. ACCIÓN EROSIVA DEL VIENTO

El viento, por sí mismo, no tiene suficiente fuerza para producir efectos de meteorización. Lo que sí puede hacer es transportar partículas que, cuando chocan con el terreno, lo van desgastando. Este tipo de erosión suele ser lento y, para que se produzca, el territorio debe estar desnudo, ya que la vegetación disminuye o anula el efecto.

La erosión eólica se produce, pues, en zonas áridas, como los desiertos y la alta montaña. Estos tienen además otra característica imprescindible: las grandes diferencias de temperaturas. Esto hace que la roca se rompa y la erosión eólica pueda actuar con mayor eficacia.

La corrosión es la abrasión sufrida por las rocas al ser friccionadas por los impactos de las partículas arenosas que son transportadas por el viento. Cuando estas partículas golpean las rocas sufren a su vez una transformación, tomando un aspecto redondeado. Cuando el viento pierde fuerza va depositando los materiales transportados de forma gradual, lo que habitualmente da lugar a la acumulación de partículas de similar tamaño y peso.

4. PROCESOS EÓLICOS

4.1. EROSIÓN EÓLICA

La erosión es la degradación y el transporte de material o sustrato del suelo, por medio de un agente dinámico, como son el agua, el viento o el hielo. Puede afectar a la roca o al suelo, e implica movimiento, es decir, transporte de granos y no a la disgregación de las rocas, fenómeno conocido como meteorización.

Los tipos de erosión se da por: Deflación y Abrasión eólica. 




4.1.1. DEFLACIÓN

La deflación es el proceso por el cual el viento levanta, arrastra y dispersa los fragmentos de rocas meteorizadas del suelo, tales como los limos (partículas de entre dos y veinte micrómetros), así como arenas y arcillas de tamaño adecuado para ser transportados por el viento.


Dichos fragmentos, además de producir corrosión sobre otras rocas desgastándolas, se imprimen abrasión a sí mismas en su desplazamiento cuando chocan con la superficie de otras rocas; cuando éstas son de consistencia heterogénea la erosión avanza más rápidamente en las zonas más blandas, produciendo lo que se denomina superficie alveolar.
El desplazamiento se realiza de forma similar a como ocurre en las corrientes fluviales, es decir en función del tamaño y peso. Este movimiento puede ser por reptación, consistente en el deslizamiento o arrastre a nivel de suelo; saltación o acción de saltar los fragmentos por encima de diferentes obstáculos; y suspensión o acción de quedar los fragmentos suspendidos en el aire en forma de finas partículas. Por su parte, los fragmentos de mayor tamaño que no pueden ser barridos por el viento, quedan aislados y acumulados en el lugar.

4.1.2. ABRASIÓN

Cuando el viento arrastra arena y polvo contra las rocas, y es capaz de desgastarlas por el roce y choque de las partículas. La corrosión es la abrasión sufrida por las rocas al ser friccionadas por los impactos de las partículas arenosas que son transportadas por el viento. Cuando estas partículas golpean las rocas sufren a su vez una transformación, tomando un aspecto redondeado.



Si las rocas son blandas se produce lo que se denomina erosión alveolar o diferencial, es decir, presentan alveolos u oquedades resultado de los golpes repetitivos que las partículas arenosas imprimen en determinados puntos de la superficie. Cuando las rocas son deleznables, o sea, fáciles de romper, disgregar o deshacer, entonces se pueden llegar a formar depresiones o corredores muy profundos. Cuando la corrosión ocurre sobre rocas homogéneas y compactas las superficies van siendo pulimentadas, resultando efectos con una tonalidad característica denominada pátina, muy evidente en zonas desérticas. Igualmente, los fragmentos impactantes adquieren formas de facetas (poliédricas). Cuando el viento pierde fuerza va depositando los materiales transportados de forma gradual, lo que habitualmente da lugar a la acumulación de partículas de similar tamaño y peso.

4.2. TRANSPORTE EÓLICO

Normalmente, los trozos de roca, producto de la erosión, no permanecen en el mismo lugar, sino que son desplazados por el propio agente en su movimiento, es decir sufren un transporte.
El viento realiza un transporte selectivo (la distancia a la que transporta las partículas depende de su peso y de la intensidad del viento).

El transporte eólico puede realizarse por reptación, saltación y suspensión. 


4.2.1. REPTACIÓN
 
Partículas más grandes o menos expuestas (>500 μm), que son levantadas o empujadas a lo largo de la superficie principalmente por el impacto de los granos de saltación.


4.2.2. SALTACIÓN

Partículas relativamente grandes (aproximadamente 60 a 1000 μm) se mueve a favor del viento en serie de saltos o rebotes.

4.2.3. SUSPENSIÓN

Partículas muy pequeñas (< 60 a 70 μm) son mantenidas en el aire durante distancias relativamente largas por el flujo turbulento del aire.

 

4.3. DEPÓSITOS EÓLICOS 

Factores que controlan las formas que pueden adoptar estas estructuras:

  • Cantidad de arena disponible
  • Velocidad y frecuencia del viento
  • Constancia de la dirección del viento
  • Tamaño y forma de los granos de arena
  • Naturaleza de la superficie a través de la cual la arena es movida.
Características:

  • Tamaño de grano fino a medio.
  • Buena selección y redondez.
  • Asimetría positiva.
  • Cargas de tracción, saltación y suspensión bien destacadas.
  • Mineralogía: escasez de mica.

SEDIMENTACIÓN

La sedimentación se da cuando los materiales erosionados y transportados por el viento u otros agentes se depositan porque encuentran una barrera con la que chocan o porque baja la intensidad del viento.

Las acumulaciones de sedimentos son principalmente:

  • Montículos y colinas de arena formados a partir de la carga de fondo del viento.

  • Extensas carpetas de sedimentos finos sub-horizontales, denominados loess, que fueron transportados en suspensión por el viento.