viernes, 28 de agosto de 2015

SEMANA II


I. LA TIERRA COMO PLANETA

La Tierra es el mayor de los planetas rocosos. Eso hace que pueda retener una capa de gases, la atmósfera, que dispersa la luz y absorbe calor. De día evita que la Tierra se caliente demasiado y, de noche, que se enfríe.
Siete de cada diez partes de la superficie terrestre están cubiertas de agua. Los mares y océanos también ayudan a regular la temperatura. El agua que se evapora forma nubes y cae en forma de lluvia o nieve, formando ríos y lagos. En los polos, que reciben poca energía solar, el agua se hiela y forma los casquetes polares. El del sur es más grande y concentra la mayor reserva de agua dulce.

La Tierra no es una esfera perfecta, sino que tiene forma de pera. Cálculos basados en las perturbaciones de las órbitas de los satélites artificiales revelan que el ecuador se engrosa 21 km; el polo norte está dilatado 10 m y el polo sur está hundido unos 31 metros.



II. SISTEMA SOLAR

El sistema solar es el sistema planetario en el que se encuentran la Tierra y otros objetos astronómicos que giran directa o indirectamente en una órbita alrededor de una única estrella conocida como el Sol.



ORIGEN:
Las primeras explicaciones sobre cómo se formaron el Sol, la Tierra, y el resto del Sistema Solar se encuentran en los mitos primitivos, leyendas y textos religiosos. Ninguno de ellas puede considerarse como una explicación científica seria. 



Los primeros intentos científicos para explicar el origen del Sistema Solar invocaban colisiones o condensaciones de una nube de gas. El descubrimiento de los 'Universos-Islas', que ahora sabemos que son galaxias, se pensó que confirmaba esta última teoría.

En este siglo, Jeans propuso la idea de que el paso de una estrella había arrastrado material fuera del Sol, y que este material se había entonces condensado para formar los planetas. Hay serios problemas en esta explicación, pero se han hecho recientes desarrollos sugiriendo que se sacó un filamento de una proto-estrella de paso, en momentos en los que el Sol era miembro de un holgado cúmulo de estrellas, pero las teorías más favorecidas, todavía involucran el colapso gravitacional de una nube de gas y polvo. 



CARACTERÍSTICAS DE LOS PLANETAS:



CARACTERÍSTICAS GENERALES:

Según sus características, los cuerpos que forman parte del sistema solar se clasifican como sigue:
  • El Sol, una estrella de tipo espectral G2 que contiene más del 99,85 % de la masa del sistema. Con un diámetro de 1 400 000 km, se compone de un 75 % de hidrógeno, un 20 % de helio y 5 % de oxígeno, carbono, hierro y otros elementos.
  • Los planetas, divididos en planetas interiores (también llamados terrestres o telúricos) y planetas exteriores o gigantes. Entre estos últimos Júpiter y Saturno se denominan gigantes gaseosos, mientras que Urano y Neptuno suelen nombrarse gigantes helados. Todos los planetas gigantes tienen a su alrededor anillos.
  • Los planetas enanos son cuerpos cuya masa les permite tener forma esférica, pero no es la suficiente como para haber atraído o expulsado a todos los cuerpos a su alrededor. Son: Plutón (hasta 2006 era considerado el noveno planeta del sistema solar ), Ceres, Makemake, Eris y Haumea.
  • Los satélites son cuerpos mayores que orbitan los planetas; algunos son de gran tamaño, como la Luna, en la Tierra; Ganímedes, en Júpiter, o Titán, en Saturno.
  • Los asteroides son cuerpos menores concentrados mayoritariamente en el cinturón de asteroides entre las órbitas de Marte y Júpiter, y otra más allá de Neptuno. Su escasa masa no les permite tener forma regular.
  • Los objetos del cinturón de Kuiper son objetos helados exteriores en órbitas estables, los mayores de los cuales son Sedna y Quaoar.
  • Los cometas son objetos helados pequeños provenientes de la nube de Oort.



LOS PLANETAS:

Los ocho planetas que componen el sistema solar son, de menor a mayor distancia respecto al Sol, los siguientes:


1. MERCURIO:

Mercurio es el planeta del Sistema Solar más próximo al Sol y el más pequeño. Forma parte de los denominados planetas interiores o rocosos y carece de satélites. Se conocía muy poco sobre su superficie hasta que fue enviada la sonda planetaria Mariner 10 y se hicieron observaciones con radar y radiotelescopios.



2. VENUS:

Venus es el segundo planeta del Sistema Solar en orden de distancia desde el Sol, y el tercero en cuanto a tamaño, de menor a mayor. Recibe su nombre en honor a Venus, la diosa romana del amor. Se trata de un planeta de tipo rocoso y terrestre, llamado con frecuencia el planeta hermano de la Tierra, ya que ambos son similares en cuanto a tamaño, masa y composición, aunque totalmente diferentes en cuestiones térmicas y atmosféricas. Su presión atmosférica es 90 veces superior a la terrestre; es por tanto la mayor presión atmosférica de todos los planetas rocosos.



3. TIERRA:

La Tierra (del latín Terra, deidad romana equivalente a Gea, diosa griega de la feminidad y la fecundidad) es un planeta del Sistema Solar que gira alrededor de su estrella -el Sol- en la tercera órbita más interna. Es el más denso y el quinto mayor de los ocho planetas del Sistema Solar. También es el mayor de los cuatro terrestres.



4. MARTE:

Marte es el cuarto planeta del Sistema Solar más cercano al Sol. Llamado así por el dios de la guerra de la mitología romana Marte, recibe a veces el apodo de planeta rojo debido a la apariencia rojiza que le confiere el óxido de hierro que domina su superficie. Tiene una atmósfera delgada formada por dióxido de carbono, y dos satélites: Fobos y Deimos. Forma parte de los llamados planetas telúricos (de naturaleza rocosa, como la Tierra) y es el planeta interior más alejado del Sol. Es, en muchos aspectos, el más parecido a la Tierra.




5. JÚPITER:

Júpiter es el quinto planeta del Sistema Solar. Forma parte de los denominados planetas exteriores o gaseosos. Recibe su nombre del dios romano Júpiter (Zeus en la mitología griega).
Se trata del planeta que ofrece un mayor brillo a lo largo del año dependiendo de su fase. Es, además, después del Sol, el mayor cuerpo celeste del Sistema Solar, con una masa casi dos veces y media la de los demás planetas juntos (con una masa 318 veces mayor que la de la Tierra y tres veces mayor que la de Saturno).



6. SATURNO:

Saturno es el sexto planeta del Sistema Solar, el segundo en tamaño y masa después de Júpiter y el único con un sistema de anillos visible desde nuestro planeta. Su nombre proviene del dios romano Saturno. Forma parte de los denominados planetas exteriores o gaseosos. El aspecto más característico de Saturno son sus brillantes anillos. Antes de la invención del telescopio, Saturno era el más lejano de los planetas conocidos y, a simple vista, no parecía luminoso ni interesante.



7. URANO:

Urano es el séptimo planeta del Sistema Solar, el tercero en cuanto a mayor tamaño, de mayor a menor, y el cuarto más masivo. Se llama así en honor de la divinidad griega del cielo Urano (del griego antiguo «Οὐρανός») el padre de Crono (Saturno) y el abuelo de Zeus (Júpiter). Aunque es detectable a simple vista en el cielo nocturno, no fue catalogado como planeta por los astrónomos de la antigüedad debido a su escasa luminosidad y a la lentitud de su órbita.



8. NEPTUNO:

Neptuno es el octavo planeta en distancia respecto al Sol y el más lejano del sistema solar. Forma parte de los denominados planetas exteriores o gigantes gaseosos, y es el primero que fue descubierto gracias a predicciones matemáticas. Su nombre fue puesto en honor al dios romano del mar —Neptuno—, y es el cuarto planeta en diámetro y el tercero más grande en masa. Su masa es diecisiete veces la de la Tierra y ligeramente más masivo que su planeta «gemelo» Urano, que tiene quince masas terrestres y no es tan denso. En promedio, Neptuno orbita el Sol a una distancia de 30,1 ua. Su símbolo astronómico es ♆, una versión estilizada del tridente del dios Neptuno.



III. LITÓSFERA

Listófera (del griego litos, ‘piedra’ y, sphaíra, ‘esfera’) es la capa sólida superficial de la Tierra, caracterizada por su rigidez. Está formada por la corteza y la zona más externa del manto, y «flota» sobre la astenósfera, una capa «plástica» que forma parte del manto superior. La litosfera suele tener un espesor aproximado de 50 a 300 km, siendo su límite externo la superficie terrestre. El límite inferior varía dependiendo de la definición de litósfera que se ocupe.
La litosfera está fragmentada en una serie de placas tectónicas o litosféricas, en cuyos bordes se concentran los fenómenos geológicos endógenos, como el magmatismo (incluido el vulcanismo), la sismicidad o la orogénesis. 




Segundo el tipo de corteza que contiene se distinguen dos tipos de litosferas que son:

Litosfera oceánica: Es la que está formada por corteza oceánica y manto residual. Constituye los fondos de los océanos y tiene un espesor medio de 65 km pero en las grandes cordilleras que hay en el fondo de los océanos, las denominadas dorsales oceánicas, su espesor es de sólo 7 km.

• Litosfera continental: Es la que está formada por corteza continental y manto residual. Es la que constituye los continentes. Tiene un espesor medio de unos 120 km. 








ÁREAS CONTINENTALES

Se ha convenido en definir geográficamente como continentes a las tierras emergidas, y como océanos a las tierras sumergidas. No obstante, estos términos varían si nos basamos en criterios geológicos y geofísicos, de tal forma que la línea costera no es el límite real entre continente y océano.
Así, se denomina área continental al espacio que ocupan las tierra emergidas más el precontinente, es decir la tierra firme más la llamada plataforma continental que en algún momento fueron tierras emergidas, y que fueron transformadas en plataformas por efecto de la erosión. Por su parte, a las tierras sumergidas, excluidas las plataformas continentales, se les denomina Área oceánica.




CUENCAS OCEÁNICAS

Una cuenca oceánica (o cubeta oceánica) es una depresión muy extensa, relativamente uniforme, de contornos casi redondeados, que constituyen el fondo de los océanos. Hidrológicamente, una cuenca oceánica puede ser cualquier lugar de la Tierra que está cubierta por agua del mar, pero geológicamente, las cuencas oceánicas son amplias depresiones geológicas que quedan por debajo del nivel del mar.





IV. TEORÍA DE LA ISOSTASIA

La teoría de la isostasia de basa en la idea de que existe un estado de equilibrio entre grandes bloques de la corteza terrestre, tales como montañas planicies y mesetas por un lado y los fondos oceánicos por otro. Esta condición de equilibrio es debida a que las montañas están compuestas por rocas relativamente ligeras mientras que en las cuencas oceánicas están integradas por rocas más pesadas.

Se supone que a una cierta profundidad debajo de la corteza existe una capa de compensación isostática constituida por materiales en estado de fluido o semifluido.

Teniendo en cuenta el hecho de que existe una división en bloques de la corteza terrestre, las masas de materiales que son erosionadas de los bloques de los bloques montañosos y depositadas en las planicies y en los fondos oceánicos, producen un desequilibrio isostático que obliga a emerger a las masas continentales y a hundirse más a los fondos oceánicos. 





DERIVA CONTINENTAL

La deriva continental es el desplazamiento de las masas continentales unas respecto a otras. Esta hipótesis fue desarrollada en 1912 por el alemán Alfred Wegener a partir de diversas observaciones empírico-racionales, pero no fue hasta la década de los sesenta, con el desarrollo de la tectónica de placas, cuando pudo explicarse de manera adecuada el movimiento de los continentes.





TECTÓNICA DE PLACAS

La tectónica de placas (del griego τεκτονικός, tektonicós, "el que construye") es una teoría geológica que explica la forma en que está estructurada la litósfera (porción externa más fría y rígida de la Tierra). La teoría da una explicación a las placas tectónicas que forman la superficie de la Tierra y a los desplazamientos que se observan entre ellas en su movimiento sobre el manto terrestre fluido, sus direcciones e interacciones. También explica la formación de las cadenas montañosas (orogénesis). Asimismo, da una explicación satisfactoria de por qué los terremotos y los volcanes se concentran en regiones concretas del planeta (como el cinturón de fuego del Pacífico) o de por qué las grandes fosas submarinas están junto a islas y continentes y no en el centro del océano.

Placas tectónicas en el mundo

Actualmente existen las siguientes placas tectónicas en la superficie de la tierra con límites más o menos definidos, que se dividen en 15 placas mayores (o principales) y 43 placas menores (o secundarias).

Las 15 placas tectónicas mayores:


Placa Africana
Placa Antártica
Placa Arábiga
Placa Australiana
Placa del Caribe
Placa de Cocos
Placa Euroasiática
Placa Filipina
Placa India
Placa Juan de Fuca
Placa de Nazca
Placa Norteamericana
Placa del Pacífico
Placa de Scotia
Placa Sudamericana

Las 43 placas téctonicas menores:



Placa de Altiplano

Placa de Amuria
Placa de Anatolia
Placa de los Andes del Norte
Placa Apuliana o Adriática
Placa del Arrecife de Balmoral
Placa del Arrecife de Conway
Placa de Birmania
Placa de Bismarck del Norte
Placa de Bismarck del Sur
Placa Cabeza de Pájaro o Doberai
Placa de las Carolinas
Placa de Chiloé
Placa del Explorador
Placa de Futuna
Placa Galápagos
Placa de Gorda
Placa Iraní
Placa de Juan Fernández
Placa de Kermadec
Placa de Manus
Placa de Maoke
Placa del Mar de Banda
Placa del Mar Egeo o Helénica
Placa del Mar de las Molucas
Placa del Mar de Salomón
Placa de las Marianas
Placa Niuafo'ou
Placa de Nubia
Placa de las Nuevas Hébridas
Placa de Ojotsk
Placa de Okinawa
Placa de Panamá
Placa de Pascua
Placa Rivera
Placa de Sandwich
Placa de Shetland
Placa Somalí
Placa de Sonda
Placa de Timor
Placa de Tonga
Placa Woodlark
Placa Yangtze






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